Quiero huir, solo. Como si escapando del lugar fisico donde me encuentro solucionara los problemas que me aquejan.
Quiero huir, triste. En busqueda de satisfaccion que sane la impotencia que siento, que me inunda. Huyo, como si en el devenir estuviese la felicidad. Proyecto ilusiones y sueño comedias pero aquellas proyecciones se derrumban por si mismas y despertarse cada mañana basta para aniquilar esos sueños. No quiero estar aca porque no estoy bien, pero huir no me asegura un mejor porvenir y permanecer no me confirma un mejor bienestar. Entonces especulo mientras la vida fluye frente a mis ojos como un rio rapido. Añoro un mejor devenir, pero descreo de ello. Semejante a rezarle a un dios en el que no se cree, esperando soluciones magicas de un ser inexistente.
No puedo estudiar, no puedo dormir, no puedo correr, mucho menos huir. El placer me produce culpa y las cosas que deseo se destruyen o las destruyo. No tengo pasiones, no tengo deseos, solo recuerdos de actos fallidos. Tengo todo y no tengo nada. No hay punto medio para los sentimientos. No cabe el equilibrio en mi vida, los limites son un concepto irrisorio y cada segundo que pasa es agonia. Despertarse es agonia, moverse es agonia, pensar es agonia, dormir es agonia. Una vida ligada y condenada al sufrimiento, a la insatisfaccion, al desarraigo de responsabilidades, al rechazo a las relaciones que implique compromiso y todo lo que produzca satisfaccion. Verguenza y pena me tengo y siento un vacio autoinflingido que me corrompe toda posibilidad de ser feliz, de estar contento. No vivo, soy un ente que camina y no disfruta.
Unrelated vómitos mentales
Compendio de ocurrencias que se cruzan por mi cabeza
11/29/20
Queseyo
10 años después
Con la mano izquierda intenta secar el sudor de la frente, los párpados y mejillas. Y no, claro que no seca, solo se mezcla en los vellos de los dedos, humedeciendos. Ya grasos y mojados acomodan el cabello para pasar en una milésima de segundo y sin pensarlo a la boca. Cada dedo peregrina por la parte mas filosa de las paletas que arrancan la cuticula ya casi inexistentes. Le duele el cuello, lo siente trabado, de una rigidez que molesta. Escupe la última cutícula y posa la palma sobre el mentón mientras empuja con fuerza para liberar el dióxido de carbono entre las articulaciones del cuelo. Un ruido que incomoda invade el ambiente y repite el ritual hacia el lado opuesto con la otra mano para alimentar el ambiente. Los dedos se entrecruzan detras de la nuca y empujan firmes las vértebras de la columna. Vuelve a acomodarse el pelo.
La mano derecha toma la remera desde el centro del pecho y la despega. Una vez cada minuto. Despega el calzon que le aprienta los huevos o lo acomoda para evitar el roce de los mofletes y la probable paspadura. La bragueta sigue cerrada como la última vez. Revisa el bolsillo en busca del celular y se asegura que esté donde corresponde. Lo saca, lo siente, lo mira. Nada. Finge que revisa mensajes, pone cara de concentrado pero sabe que si alguien de atrás lo observara, solo vería como abre y cierra el menu, escribe y borra sin enviar ningún mensaje.
Su capacidad de concentración fue disminuyendo con el pasar de los años, sigue intentado mantener ese modo multi-tarea en el que alguna vez fue bueno pero solo consigue hacer todo por la mitad y suele perder el hilo de las acciones. Vive nervioso, intranquilo, abstraido de todo y mantiene un contacto afectivo superficial con quienes se rodea. Piensa, analiza y da vueltas sobre ideas que jamás llegan a nada. Aspiraciones, motivaciones y sueños que mueren al irse a dormir todas las noches. La ansiedad y la angustia lo vuelven impaciente, torpe y malhumorado; ya no acepta ni tolera, gasta horas.
Espera una solucion mágica a sus problemas y busca límites que le provoquen un quiebre en la consciencia, mas certezas que incertidumbres. Pero nunca llegaron, al menos hasta ahora. Se regocija de insatisfacción en su comodidad.
Aunque sepa que su personalidad jamás le permitirá aferrarse a dogmas, absolutismos o doctrinas espera ansioso la llegada de ese día, como si del Mesias se tratase.
Ahora que lo pienso, para tener una nula vocación religiosa, la actitud frente a la vida se torna dogmática
La mano derecha toma la remera desde el centro del pecho y la despega. Una vez cada minuto. Despega el calzon que le aprienta los huevos o lo acomoda para evitar el roce de los mofletes y la probable paspadura. La bragueta sigue cerrada como la última vez. Revisa el bolsillo en busca del celular y se asegura que esté donde corresponde. Lo saca, lo siente, lo mira. Nada. Finge que revisa mensajes, pone cara de concentrado pero sabe que si alguien de atrás lo observara, solo vería como abre y cierra el menu, escribe y borra sin enviar ningún mensaje.
Su capacidad de concentración fue disminuyendo con el pasar de los años, sigue intentado mantener ese modo multi-tarea en el que alguna vez fue bueno pero solo consigue hacer todo por la mitad y suele perder el hilo de las acciones. Vive nervioso, intranquilo, abstraido de todo y mantiene un contacto afectivo superficial con quienes se rodea. Piensa, analiza y da vueltas sobre ideas que jamás llegan a nada. Aspiraciones, motivaciones y sueños que mueren al irse a dormir todas las noches. La ansiedad y la angustia lo vuelven impaciente, torpe y malhumorado; ya no acepta ni tolera, gasta horas.
Espera una solucion mágica a sus problemas y busca límites que le provoquen un quiebre en la consciencia, mas certezas que incertidumbres. Pero nunca llegaron, al menos hasta ahora. Se regocija de insatisfacción en su comodidad.
Aunque sepa que su personalidad jamás le permitirá aferrarse a dogmas, absolutismos o doctrinas espera ansioso la llegada de ese día, como si del Mesias se tratase.
Ahora que lo pienso, para tener una nula vocación religiosa, la actitud frente a la vida se torna dogmática
10/17/19
El eterno retorno
Hay circunstancias en la vida que nos permiten reflexionar sobre nuestro accionar diario. La rutina se invisibiliza de tal forma que se convierte en la verdad, nuestra verdad. Y cada segundo, cada inhalacion de aire, cada pestaneo y cada risa es una menos en esta vida finita. Me gustaría creer en el mas allá, quiero creer en el mas allá, pero no puedo, no lo siento, no me nace. Ya que, para ésta condición, es menester abolir las preguntas o mas bien, tenerlas todas respondidas. Hoy no tengo respuestas y siento que mañana será el mismo juglar. Mi mañana estara condicionado por la exacerbada mania de cuestionarlo todo. Y en algún punto se vuelve cansador. Porque aferrarse a una respuesta es similar a aferrarse al mas allá. Entonces ¿de qué vale estar acá? ¿Por qué deberia valer algo? Como si la vida fuera un costo, parte de un libro diario, donde se gana o se pierde. Una competencia contra uno mismo por ser mejor cada día y superarse en un constante esfuerzo por dejar de ser quien sos y transformarte en alguien mejor. Pero tampoco podria asegurar que soy el mismo que hace 5 años, o el mismo que hace 5 minutos. Entonces, si todo es cambio, nada es permanente y las guías, verdades, axiomas son solo excusas con las que nos convencemos a nosotros mismos para sentirnos seguros, a salvo de la vertiginosa realidad que nos condena a una caida constante. Pero ¿por qué eso debería importar? Digo, antes lo inevitable, el desentendido. Aunque son estos momentos, estas circunstancias las que generan una ilusión de freno, de parar la pelota y mirar alrededor intentando ver como sigue el juego. Y en cierta medida uno asume tener el control de las decisiones que toma, de las vivencias en las que estás sumergido. Estamos convencidos de que elegimos, que somos libres, que podemos hacer lo que queramos con lo que hicieron de nosotros, que somos partícipes de nuestro propio destino. Y esta falsa premisa es un cáncer del sentido común, un mal que debemos abolir como individuos ya que nos sumerge en un reduccionismo que condiciona nuestro accionar y lejos de ser libres como pensamos, nos convertimos en presos del sentido común. Porque cuestionarse la libertad es como tirar de ese hilito que sobresale y molesta en tu vestimenta y que lo sentis en el momento mas inoportuno. Y si decidis tirar sabes que podes quedarte en pelotas o como mínimo que podes romperla.
Hace mas de cuatro años decidí ser padre con todo lo que ésto implica desde mi concepción de la paternidad y no hay dia que no me replantee esta decisión. No hay dia en el que no me pregunte si mis hijos recordaran este dia como uno especial o sólo será un dia mas en su rutina. Los días en los que estoy bien, los dias en los que estoy mal, los dias en que estoy un rato bien y otro rato mal. Dias con mas paciencia y dias carentes de la misma. Porque de algun modo siento que estoy dejando una huella, marcando un camino, una forma de ser y una forma de vivir. Una estructura de prioridades que sustentan la base psíquica de los niños. Muchas de las cuales fueron construidas por mis progenitores y que dia a dia rigen mi accionar. ¿Cuanto hay de mi y cuanto de mis padres? ¿Por que actúo igual que como actuaban ellos? Y a pesar de mi adolescencia conflictiva y las constantes criticas e injurias que propiné contra ellos, me encuentro mas armado de lo que pensaba. Mas embuido con sus costumbres que de las propias. Aprendi a dejar de lado mi individualidad y anteponer las necesidades de ellos por sobre todas las cosas. Aunque a veces no puedo. No se bien en que punto prevalece el instinto de supervivencia sobre eon instinto de preservación de la especie. Los amo y los elijo cada dia, pero a veces necesito estar solo. Con mis pensamientos y con mi mal humor. "son momentos" me justifico con mi esposa pero de forma inevitable surge la pregunta ¿que es un momento? Un momento puede durar dias, semanas o años o ser simplemente una reacción. ¿Que determina un momento? En el diccionario se puede encontrar definido como "Espacio de tiempo muy breve" pero ¿qué es breve? Porque si dejo volar mis ideas, hace poco estaba en el secundario, durmiendome en el pupitre producto de la ebriedad de la fiesta de egresados de la noche anterior. La brevedad se sustentan en la inmediatez de las circunstancias pero la misma es relativa a la percepción de cada sujeto. Somos momentos y somos circunstancias que nos moldean cual trozo de masilla en la mesa de un escultor. Pero bueno, basta de analogias de revista Para ti, la idea es hacer un análisis critico de la rutina, no un compendio de frases hechas. Si quisiera definiciones pedorras y comerciales, estaria leyendo a Cohelo.
1/21/13
Del sueño al deseo
Desgarra con bravura el cuero duro
Que bifurca las pasiones de los sueños
Cual es la altura limite del vuelo?
Quien le pone techo a tus deseos?
Sufre, cae y se lamenta
Quien por presiones exteriores
La palabra y la verdad ausenta.
Es una fuerza que avasalla sin mesura
Toda pasion verborragica
Es sinonimo de locura.
Si no luchas ni cuestionas
Y no arriegas el pellejo por una causa
Toda accion se vera condicionada
Poniendole limites a tus pisadas
Seran pasos arduos con lamento
Los que por verdad y pasion se rijan
Pues seguir a la jauria es sensillo
Pero los ideales a cuesta pesan.
Cargalos con orgullo y persevera
Que de esfuerzo e insistecia
Se contruyen los deseos
Hoy es sangre proveniente de heridas
Provocadas por personas que claudican a la vida
Que siguen firme y sin cuestionamiento
Los deseos que impusieron los terceros
Para olvidarse lenta y progresivamente
La satisfaccion que produce
Perseguir nuestros sueños.
4/28/12
Sonrisa
Me invade y me
colma, en sigilosos saltos etereos que
alienan la soledad de los dias. Mientras te martirizo, culpable de esta risa
idiota, engaño a los ojos
para no pensarte y fingir que esa huella se desvanecera con el pasar del
tiempo. Pero los dias devinieron a la duda y las semanas al error. Dulce y cálida facultad humana de errar, me
devela a gritos coléricos que la
peste ha vuelto a nacer. Me invade y me
colma, en un regosijo falaz de sentimientos confusos, al borde de la
inestabilidad de todas mis certezas.
Quisiera retratar esta sonrisa eterna, inmutable, a la que me condenas con tu presencia.
Sonrisa que es eco y reververa en el tiempo. Tiempo que es sabio y verdugo, aferrado
a la ridicula idea incipida que hay un fin asegurado para todo orden de la
vida. Me inmolo y me vacio por completo de esta desalentadora idea que asegura
la finitid de dicha protagonica sonrisa. Mientras te transformo, culpable de
estos sueños patologicos, comienzo a oirte
de cerca, a intentar comprenderte; ardua tarea del inconsciente en clave que
consiente y apaña esta locura.
Si hubiesen
terminos que agrupados estructurasen un arquetipo excepcional de plenitud y
magnifisencia, de goze y asombro, de inmutabilidad y destruccion, afirmaria que
presencie un acontesimiento divino; que huye del entendimiento humano. Aqui,
esta risa atormentada, que observa en busqueda de complicidad a otra mirada
perdida, para que lo acompañe en el velo
destructivo de carcajadas almacenadas, exige a gritos una exhumacion. Alguien
que tan incierto arroje su puño a mi pecho
arrancandome aquellas penitas que aquejan la consciencia diariamente. Afuera
del esternon, posando sobre la mesa vigilan. Exigen con injurias mi divina
atencion, obnubilada por esa soez forma de mirar, que razga y condiciona con
deseo todos mis movimientos. Es pensarte y destruir, sin escalas ni
distracciones, la inconsciencia, la tranquilidad; en un proceso perverso que me
deja fugado de la realidad. Es mirarte e imaginar, ignorando a las penitas ya
olvidadas sobre la mesa, que no existe el vacio al que me arrojaste contra mi
voluntad. Que seria imposible su existencia si
tan solo el concepto de vos me remite al instinto mas primitivo y
animal, basico y carnal, que pueden atormentar el alma de un humano tan humano;
tan lleno y desconforme. .
4/18/12
Clase
No aguanto hasta el miércoles para desentenderme. Y entre palabras sobre la conciencia humana, te busco entre la multitud que me rodea. Tan perdida y desinteresada, me envuelve lentamente, como sombras que creó mi mente; olvidando si es que existo. Omitiendo aquella voz que resuena al unísono.
Es una lucha consciente entre el deber y tu mirada. ¿Será el encierro o la falta de aire lo que me impide concentrarme? ¿Será el tono monótono de aquel agente del inconsciente? ¿O será que es imposible verte y evitarte? Basta solo con tu esencia, percibida a la distancia, para perderme lentamente en el brillo de tu espalda. Hoy escribo desde un eterno laberinto, que opacado por la duda, quizás mañana resurja convertido en un olvido. No es que mire y me contenga, el silencio es producto del impacto que genera tu presencia. Intentaría relatar de mil maneras, de forma dialéctica o explicativa, el hermoso vacío que dejas cuando volteás y me evitás.
3/17/12
Indecencia
Si hoy llorar
fuese una posibilidad,
yo reiria.
Si hoy callar
fuese una obligación,
yo gritaría.
Si el tiempo hoy
me ordena olvidar,
te recordaría.
Y no es la contra ni el rencor
que alimenta esta pasión.
No es juzgar y criticar
el yugo de mi accionar.
No es temor hacia la vida
ni tampoco felicidad.
Es un crujir en el pecho
que emerge en forma de cascada.
Como una boca tapada,
como una luz sin ventana.
Si no me rebelo
contra lo que descreo,
se acrecenta una carga en mi espalda.
Es por eso que grito
y es por eso que lucho:
ya no quiero una mochilla
llena de ideales rotos.
No quiero la conciencia atormentada
No quiero escribir historias a medias
o mal contadas.
Lo que hoy realmente anhelo
es serena tranquilidad a la conciencia.
Es la lucha, el desarraigo;
el vivir apasionado.
3/06/12
La ilíada del enfermo
En el medio hay un
ahogado.
En el fondo algo
encerrado.
No hay respiro, solo
entierro:
Un demente devastado.
Carga las heridas con
orgullo
y aunque arrepentido
se lamenta
Algo en la sonrisa
rebela
que no es el llanto
ni la risa
La venganza o agonía
lo que impulsa su
accionar con prisa.
Es el miedo al
encierro;
ni un rastro de
arrepentimiento
Es su libertad quien
se ve acorralada.
Toda posibilidad de
elegir
se ve opacada.
Por su sien cascadas
de miedos
y el parqué murmura
apuro en cada paso.
La vestidura con
sangre,
el faquín oxidado
una puerta se abre
y reacciona el
enfermo.
Lanza el filo con
destreza,
certero ataque al
pecho.
Sorprendido el hombre
adentrado
mira el puñal en
primer plano
y entendiendo todo
con aquella mirada,
de rodillas tendido
descansa.
- Por qué lo hizo?
arremete con el
último suspiro.
- Por diversión
impulsiva
contesta el esquizo.
Echa risas mientras
entra
de los pelos al recién
llegado.
Formando una ruta de
sangre
por el piso
plastificado.
Ya el tercero es un
juego
y dejando el cadáver
olvidado,
la libertad no es un
miedo.
Ahora está de su
lado.
Corre al fondo
exaltado y poderoso
se siente,
pues por alguien será
recordado.
De un golpe abre la
puerta,
un cobertizo mal
pintado
que albergaba en la
penumbra
al tercero bien
atado.
Siempre hay tiempo
para burlas
una historia y una
risa.
Pobre alma ultrajada,
con las manos atadas
y la boca encintada,
solo sus ojos
expresan
el terror de su cara.
Atraviesa al amarrado
por su cuello un
largo filo.
Rasga grasa, piel y
carne
mientras ríe
espantado.
Anhela la sangre: su
trofeo
Pero llora desdichado
Escupe bilis por el
asco
de ver al hombre
atado
de pies y manos
todo desangrado y
agonizando.
Son tan fuertes, tan
variadas
tan intensas, tan
extrañas
las emociones que
recorren
su conciencia
que intensificada por
la sangre
el dolor y el
sufrimiento,
toma lápiz y papel
para plasmar aquel
momento
Con sus últimas
emociones escribe
este texto apurado
y se dispara en la
sien
para jamás ser
olvidado.
2/26/12
Olvidos
A veces no hay razones
No hay motivos.
Los sucesos sin relación
Simplemente pasan desapercibidos.
Entristece que así sea
Pues todo hecho es una historia,
Un momento y una canción,
Día a día construimos alegría
Alimentando al corazón.
Si aquel dolor no deja marcas y
la risa no resplandece a la mañana,
No hay razones,
no hay motivos
De jugar a sentirse vivo.
Contemplando la perfección,
Festejando la traición
Cada segundo es amargura,
Cada día es rutina;
Y el rotulo de vida es insatisfacción.
Desdoblando el tiempo y los lamentos
No ocultando el dolor
Es la ira quien violenta,
cada instante y mayormente,
Los deseos mas puros del corazón.
Hoy compruebo en el abismo
reflexionando sin juzgar,
Cuantos sueños quedan atrás
Por mentirse a uno mismo
1/08/12
Quiebre
Se oye la risa enfurecida,
acompañada en cantos de lamentos.
Hay recelos como eco
que aconsejan a los gritos.
Nada entra en sintonía,
nadie entra en este entierro;
sólo un alma forajida,
un humano en pleno velo.
Es un quiebre, es un salto,
un sonar sin melodía.
Es romper con la razón misma
lo habitual de cada día.
Es por miedo, es por culpa:
las eternas condiciones.
Habrá heridas y flagelos
y quizás dulce agonía.
Hoy hay paz y guerra
en quien quiebra la rutina.
Bienaventurado aquel quien grite a la injusticia y confronte la mentira. Son batallas realizables y la luz de cada día.
Menesteres son los quiebres, sigilosa es la vida. Hoy nos guarda en amargura y mañana en fantasías.
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