10/17/11
El eterno retorno
Hay circunstancias en la vida que nos permiten reflexionar sobre nuestro accionar diario. La rutina se invisibiliza de tal forma que se convierte en la verdad, nuestra verdad. Y cada segundo, cada inhalacion de aire, cada pestaneo y cada risa es una menos en esta vida finita. Me gustaría creer en el mas allá, quiero creer en el mas allá, pero no puedo, no lo siento, no me nace. Ya que, para ésta condición, es menester abolir las preguntas o mas bien, tenerlas todas respondidas. Hoy no tengo respuestas y siento que mañana será el mismo juglar. Mi mañana estara condicionado por la exacerbada mania de cuestionarlo todo. Y en algún punto se vuelve cansador. Porque aferrarse a una respuesta es similar a aferrarse al mas allá. Entonces ¿de qué vale estar acá? ¿Por qué deberia valer algo? Como si la vida fuera un costo, parte de un libro diario, donde se gana o se pierde. Una competencia contra uno mismo por ser mejor cada día y superarse en un constante esfuerzo por dejar de ser quien sos y transformarte en alguien mejor. Pero tampoco podria asegurar que soy el mismo que hace 5 años, o el mismo que hace 5 minutos. Entonces, si todo es cambio, nada es permanente y las guías, verdades, axiomas son solo excusas con las que nos convencemos a nosotros mismos para sentirnos seguros, a salvo de la vertiginosa realidad que nos condena a una caida constante. Pero ¿por qué eso debería importar? Digo, ante lo inevitable, el desentendido.
Aunque son estos momentos, estas circunstancias las que generan una ilusión de freno, de parar la pelota y mirar alrededor intentando ver como sigue el juego. Y en cierta medida uno asume tener el control de las decisiones que toma, de las vivencias en las que estás sumergido. Estamos convencidos de que elegimos, que somos libres, que podemos hacer lo que queramos con lo que hicieron de nosotros, que somos partícipes de nuestro propio destino. Y esta falsa premisa es un cáncer del sentido común, un mal que debemos abolir como individuos ya que nos sumerge en un reduccionismo que condiciona nuestro accionar y lejos de ser libres como pensamos, nos convertimos en presos del sentido común. Porque cuestionarse la libertad es como tirar de ese hilito que sobresale y molesta en tu remera y que lo sentis en el momento mas inoportuno. Y si decidis tirar sabes que podes quedarte en pelotas o como mínimo que podes romperla.
Hace mas de cuatro años decidí ser padre con todo lo que ésto implica desde mi concepción de la paternidad y no hay dia que no me replantee esta decisión. No hay dia en el que no me pregunte si mis hijos recordaran este dia como uno especial o sólo será un dia mas en su rutina. Los días en los que estoy bien, los dias en los que estoy mal, los dias en que estoy un rato bien y otro rato mal. Dias con mas paciencia y dias carentes de la misma. Porque de algun modo siento que estoy dejando una huella, marcando un camino, una forma de ser y una forma de vivir. Una estructura de prioridades que sustentan la base psíquica de los niños. Muchas de las cuales fueron construidas por mis progenitores y que dia a dia rigen mi accionar. ¿Cuanto hay de mi y cuanto de mis padres? ¿Por que actúo igual que como actuaban ellos? Y a pesar de mi adolescencia conflictiva y las constantes criticas e injurias que propiné contra ellos, me encuentro mas armado de lo que pensaba. Mas embuido con sus costumbres que de las propias. Aprendi a dejar de lado mi individualidad y anteponer las necesidades de ellos por sobre todas las cosas. Aunque a veces no puedo. No se bien en que punto prevalece el instinto de supervivencia sobre el instinto de preservación de la especie. Los amo y los elijo cada dia, pero a veces necesito estar solo. Con mis pensamientos y con mi mal humor. "son momentos" me justifico con mi esposa pero de forma inevitable surge la pregunta ¿que es un momento? Un momento puede durar dias, semanas o años o ser simplemente una reacción. ¿Que determina un momento? En el diccionario se puede encontrar definido como "Espacio de tiempo muy breve" pero ¿qué es breve? Porque si dejo volar mis ideas, hace poco estaba en el secundario, durmiendome en el pupitre producto de la ebriedad de la fiesta de egresados de la noche anterior. La brevedad se sustentan en la inmediatez de las circunstancias pero la misma es relativa a la percepción de cada sujeto. Somos momentos y somos circunstancias que nos moldean cual trozo de masilla en la mesa de un escultor. Pero bueno, basta de analogias de revista Para ti, la idea es hacer un análisis critico de la rutina, no un compendio de frases hechas. Si quisiera definiciones pedorras y comerciales, estaria leyendo a Cohelo.
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