8/24/10

Elín y una más


El incansable sudor no cesaba, a pesar del constante viento que rozaba su fisonomía. Despegando los parpados, ligeramente, comenzó a irritarse el lagrimal dejando que fluya por su mejilla izquierda un destello salado de mar. La arena, que por el torrencial viento hería su rostro, se adhería a los recién humedecidos labios de Elín.
Tomé su mano y haciendo un movimiento casi artístico, la pasé por la cintura, ubicándola detrás de mí, protegiéndola.
Luego de varias horas de tortuosa y penitente caminata cayó rendida; sus rodillas sobre la arena, enrojecidas por el sol inmolador e hinchadas por la falta de líquido, desertaron a la vida, dejando solo una marca en el suelo arenoso. La observé y sin ánimos de anhelar su pérdida, seguí mi camino; camino hacia ningún lugar. Donde más de una Elín dejará marcado el rostro en la arena, que el viento borrará.

1 comentario:

  1. Sabes que sos bueno, y yo también lo creo. Muy lindo.

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Queseyo

Quiero huir, solo. Como si escapando del lugar fisico donde me encuentro solucionara los problemas que me aquejan. Quiero huir, triste. En ...