Lloraste. Fue triste, te vi. Admitiré que algunas lágrimas brotaron de mis ojos, no de tristeza, sino de compasión. Todos, en algún momento vemos destruida la obra de nuestra vida. El despojo de un trozo de alma (que descreo), la pasión y la fuerza de elevar la mirada hacia la nada y sin más, reconstruirla.

Con un poético final, una flor que crece en el vagón.
"...la fuerza de elevar la mirada hacia la nada y sin más, reconstruirla."
ResponderEliminarMe gustó esa última parte, lo siento asi, tal cual.