3/04/11

Relato de una salida púber

Mimi llama a Juana, contentísima, para decirle que Lucy, su hermana mayor, le presto el documento. Juana confirma horario. - Ya es tarde, Mika quedó en que ibamos a ir todas juntas, no nos puede fallar, es una forra. Ya fue, entremos. Mimi saluda al chino y va directo al asunto: góndola de bebidas. Juana agarra un tekila -¿Qué hacés? Pregunta Mimi. - ¡Hoy descontrolaamoos! Ambas ríen complices y se dirigen hacia la caja. El chino les vende el alcohol y no les pide docuemento; ambas se sienten maduras, aptas para sustentar un hogar. - Hoy a las 12:00 en casa, no te olvides. Y avisale a Mika que llegue temprano porque no la vamos a esperar. El momento se hace desear. Mimi se cambia, elije su mejor vestido y prepara la mesa para recibir a sus amigas. Mika y Juana llegan juntas super producidas. Saca la cerveza y beben un vaso, el alcohol les parece inmundo; tragan como si fuese chivo de coreano. Ninguna emite gesto alguno. Juana anuncia que Mike va a estar en el boliche y que quiere tomar un poco para desinhibirse. Él está un poco crecidito y a pesar de usar el auto nuevo que el papá le presta y comprarse la mejor ropa en Unicenter con la tarjeta de la madre, sigue siendo un poco tímido, así que Juana quiere tomar riendas del asunto. Mika apoya fuerte el ultimo vaso de cerveza y grita ¡Sale ronda de tekilas! A Mimi no le gusta la idea, pero qué puede hacer, son dos contra una y su personalidad todavia no esta lo suficientemente formada como para disentir. Sale la primera ronda. La segunda. La tercera. Y casi sin darse cuenta, la cuarta. Mimi está mareada y con algunos esfuerzos sobrehumanos pide que bajen la voz, su mamá está en la habitación de al lado y si bien es la más liberal de las tres madres y cubre a las amigas de su hija, no le gusta que levanten el tono de voz. Alcohol si, gritos no. Llega el remís. Mimi asegura llevar todo, Juana esta demasiado mareada como para preocuparse y Mika ya no entiende nada, va rebotando de pared en pared afirmando que aquella, iba a ser la mejor noche de su vida. Tres es un buen numero para salir, pero cuando una de tus amigas se olvidó el documento, ya nada es divertido. Juana afirma tener un conocido en la entrada, Lean, el tarjetero jeton que alardea ser RR.PP del boliche. No está. Lo llaman al celular. No contesta. Las amigas se disponen a hacer la fila. Mika va tambaleando y Mimi la sigue atrás moviendo los brazos como los muñecos de las gomerias. Juana no las conoce, ella sólo quiere ver a Mike. Las gotas de transpiración caen por la frente de Mimi. - Mika, estás re en pedo y encima no tenés docuemento boluda, todo mal. Lo único que falta es que quiebres y ya está, se va todo a la mierda. Haceme el favor de pintarte la cara color sobriedad así el patovica no nos pide documento. La fila avanza y Juana entra. Una mano corta el paso - ¿Documentos? - Se lo olvido, pero somos mayores, en serio. Los ojos desorvitados y la boca alborotada de Mika hacen evidente el pedo. - Sin docuemento no pasa nadie. - Pero, pero... - Corransé de la fila por favor. - Pero, pero... Juana les grita que va a ir a buscar a Lean para que las haga pasar. Mika se sienta, no da más. Mimi está muy mareada pero se tiene que rescatar por su amiga. Mika dice que Juana es una forra, que las dejo clavadas afuera por ese chongo. Se larga a llorar. Afirma que por su culpa no pueden entrar y que les cagó la noche. Pide perdon. En el momento menos esperado, Mika vomita toda la vereda, las zapatillas de Mimi parecen un Dalmata y la gente que pasa al rededor se caga de risa. Mimi se siente avergonzada, pero su amistad es pura, verdadera y no piensa dejarla tirada a Mika. - Vos y esa puta regalada, no sé como soy amiga suya, llamame un remis que me voy a mi casa, este lugar careta ¡Patovica puto! Grita Mika mientras escupe pedacitos de vomito y babea como Grandanés en verano. - ¿Qué me decís tarada? Encima que te banco que te pongas en pedo, que me arruines la salida y que me vomites tengo qué aguantar que me insultes. Esto asi no va, vos te volvés sola. Chau. Mimi sale corriendo como idiota para la esquina. Llega el remis, sube y pasa por donde estaba tirada Mika; la mira con desprecio de reojo. Juana está con su chico, Mike. Él tiene remera blanca ajustada al cuerpo con escote en 'v', unos jeanes apretados y a pesar de no haber sol, lleva puestas unas gafas negras que cubren gran parte de su granudo rostro. Bailan al compás de las cumbias, cantando todas sus letras. Juana veranea en Viña del Mar y Mike en Punta del este, pero ambos son fanáticos de las letras de Yerba Brava. "Que levante la' mano el que quiera tomar VI TA MI NA. Me compro una bolsa y estoy pila pila. Me compro una bolsa y estoy pila pila" cantaban al unísono. Juana lleva horas tirandole palos a Mike, pero él no para de dormir y cantar "pila pila". Se cansa y con la fuerza que el alcohol le proveia a su líbido, lo besa. Mike se siente todo un ganador y sabe que esa noche no se vuelve en cero a casa. Juana cae perdida en el torbellino del amor. Mientras lo besaba imaginó una vida juntos, con hijos, un perro y dos autos. Mike sólo pensaba en cuanto le quedaba en la billetera para comprarse otro balde y volver manejando re fisura. - Esperame un segundo Juani, voy a comprar algo para tomar, alardea Mike. Juana está sola en el medio de la pista, Mike se queda tomando con sus amigos hasta vomitar y jamás regresa. Juana lo espera. Mira su celular. Baila. Quiere sonreir, pero le cuesta. Lo busca por todo el boliche y no lo encuentra. Llorando llama a Mimi para ver donde estaba. Ella habia vuelto y la madre la pesco con olor a cigarrillo; fumaba porque estaba deprimida. Las dos lloraban desconsoladas al telefono pero ninguna se escuchaba. Mimi le reprochaba que las habia dejado plantadas mientras intentaba explicarle que Mika todavia estaba afuera o en algún lugar, violada quizás. Juana le contaba que Mike la habia plantado y que estaba sola. Ninguna se entiende y se pierde la comunicacion. Juana sale con los ojos a punto de estallar; con la pequeña esperanza de salir y reencontrarse con el amor de su vida, pero lo único que encuentra allí, es a su amiga tirada en la vereda socorrida por dos masculinos con aires de metemano. - ¿¡Qué le pasó, qué le hicieron!? Exclama Juana al ver a Mika toda vomitada y con el vestido medio salido. - Nada loca! - contestan los energumenos que salieron del boliche porque no estaban lo suficientemente en pedo como para encarar minas y entonces se fueron a fijar si ya habia llegado el vendedor de churro- la encontramos acá tirada y la quisimos ayudar. -Si, pero no te das cuenta que está casi en pelotas? Tapala con algo, tarado. - Encima que te ayudo con la muerta ésta vos me bardeas. Ahora cagate, tapala con tu remera, gorda. Juana rompe en llanto. No estaba tan gorda después de todo. Con su amiga entre brazos, llama al remis. Cuarenta minutos de demora. -¿Qué hago 40 minutos con ésta muerta? piensa Juana. El tiempo pasa, nadie sabe que estan ahi y todavía no tiene idea donde está su amiga Mimí. La gente se va yendo a sus casas, vienen remises pero ninguno es para ellas, gritos de pelea, discuciones, risas, escupidas y el remis de las chicas no llega. A lo lejos se divisa un auto parecido al de la mamá de Mika. No puede ser ella, si piensa que estamos durmiendo en lo de Mimi. Como si no pudiese suceder otra cosa peor, Mimí con la conciencia carcomida llamó a la mamá de Mika alertandola de lo sucedido. La señora frena el auto y baja desesperada gritando ¿¡Qué le hicieron a mi hijita!? mientras le levanta la cabeza y busca respuestas. Juana le explica que recién llegó y no sabe lo que le paso. Mika balbusea. La mamá la acusa de abandonarla, dejarla tirada y obligarla a tomar bebidas alcoholicas que ella jamás sería capaz de ingerir por sus propios medios. La mamá Mika se apiada de Juana y entre las dos suben a la desconada, toda vomitada y semi-desnuda en la parte trasera del auto. Juana llega a su casa pero no tiene llaves. Intenta saltar la reja, pero se engancha el vestido. El perro ladra. Los padres se despiertan. Ya no habrá más salidas para Juana por un largo tiempo. Mika llaga a su hogar. EL padre la arrastra desde el auto a la cama y se quedaa charlando con la madre sobre el comportamiento insólito de su hija. Debaten posible terapia con psicóloga y juzgan a los padres de Mimi por no hacerse responsables. Mimi, no menos perjudicada que las demás, la escracha a Mika en Fotolog por arruinarle la noche y escribe un largo texto sobre la importancia de los valores de la amistad y el amor, y concluye, cerrando el post, con una canción de Casi Angeles. Los padres de Mika y Mimi jamás se volverán a hablar. Juana contará la terrible historia en el colegio, adaptada para quedar ella como la victima del contexto social, bajando la dignidad y respeto de Mika, obligandola a cambiarse con el grupo de las discriminadas, sentirse gorda y quizás volverse bulímica y fanática de Cielo Latini o hincha de Platense. Mimi seguirá fumando porque 'está deprimida'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Internet me permite opinar sobre todo:

Queseyo

Quiero huir, solo. Como si escapando del lugar fisico donde me encuentro solucionara los problemas que me aquejan. Quiero huir, triste. En ...